
Después de llegar tan temprano al hotel lo único que nos quedaba era echar una pequeña cabezadita que apenas dormimos nada y encima ya habia perdido unos 8 kilos de peso en dos dias y nos levantamos para ver que se cocía en Cuzco. Compramos el boleto turístico a los
yacimientos y pillamos un citytour de todo el día por 4 euros con guia incluido para ver la iglesia de santo domingo de cuzco destruida por terremotos unas cuantas veces y que lo único que quedo en pie fueron los muros Incas o el QORIKANCHA que sostenían el edificio colonial, muros construidos con una arquitectura antiseismos y que los listos de Pizarro y compañía no tuvieron luces de entender. En su día fue el el templo mas fastuoso del imperio llenito de oro, fue observatorio y templos, merece mucho la pena pero que fue saqueado por los católicos y ya sabéis luego se lo llevaron los rusos...
Las ruinas de Q´enco, Pukapukara y Tambomachay donde canalizaban el agua fresca que todavía hoy día con la tecnología actual no saben de donde puede venir y que va a parar a una pila ceremonial de piedra, este agua a diferencia de las actuales canalizaciones, llueva o sea época de sequía, siempre llega en abundancia y cristalina y es lo que hace que la tecnología Inca tenga estas cosas misteriosas que la hacen ser tan evolucionada.
Ya a la noche compramos pasaje para aguas calientes en el tren Perú rail y ya quedaban pocos.
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